Testamentos

Es el documento más importante para los demás que suscribirás pues ahí dispondrás lo que va a suceder con todo tu patrimonio cuando faltes.

Existen diferentes tipos ordinarios (notarial abierto, cerrado y ológrafo) además de otros que se pueden otorgar en situaciones extraordinarias, en los que no entraremos. Nosotros por tu seguridad y la de tus herederos sólo podemos recomendarte el notarial abierto y, en determinadas circunstancias, el cerrado.

Lo realmente importante es que el testamento esté perfectamente diseñado y redactado, pues eso es lo que nos garantiza que con nuestros bienes sucederá justo lo que queremos, sin que surjan problemas para nuestros herederos y legatarios y, por supuesto, sin que tengan que acudir al juzgado a partir la herencia.

Un buen asesoramiento atendiendo a las circunstancias concretas del testador, de sus beneficiarios y de sus bienes, es la clave del éxito. Así se garantiza que todo ocurra exactamente como tú quieres y has previsto.

Ahora, te vamos a contar algo que remos que recuerdes, porque es muy importante. Hacer un testamento en el que dejas a tus hijos herederos por partes iguales es como no hacer testamento y abre la puerta a todos los problemas que pueden surgir no haciéndolo. Sabemos que muchas personas no se dan cuenta de que esto puede ser problemático y que otras lo hacen así porque dividir su herencia les resulta difícil, pero debes pensar que a tus herederos les resultará todavía más difícil que a ti cuando tú faltes, así que actúa ahora que puedes. Hazles ese favor a los tuyos y déjales todo bien atado, no has trabajado una vida para que tus hijos se enemisten por tu herencia y la dilapiden en juzgados sino para que vivan mejor.

Si ya has hecho testamento y quieres cambiarlo no te preocupes, se puede cambiar tantas veces como se quiera.